Fuimos a Tequila para la eliminatoria regional de un concurso estatal de oratoria. Es un lugar raro. Tiene el disntitivo de pertenecer al grupo oficial de pueblos mágicos, pero las casas están pintadas de todos los colores del arcoíris, y no blanco con rojo, como se supone debería ser para estos atractivos turísticos que me recuerdan más a un McDonalds que a un pueblo de tradición colonial.
Sin embargo, lo que más me llamó la atención es que pareciera que practicamente no hay gente en todo el lugar. Fuimos al Instituto Tecnológico y los alumnos ahí presentes, en todo el plantel, podías contarlos con los dedos de ambas manos, y te sobraban dedos. Y eso que era "un día normal de clases". =-S
Nada comparado con la UNIVA, cuyos pasillos a esas horas parecen desfile de modas.
Pero fue lindo. Hubo un momento en el que caminé hacia las afueras del pueblo y de repente sin darme cuenta me encontré rodeado de nada más que agaves, nubes y cerros...
...y la emoción de sentirse solo, pero sobre todo vivo.
ESE DÍA APRENDÍ QUE: Escuchar el silencio... es un lujo que no te puedes dar todos los días.
Pero lidiar contigo mismo es mucha lata a veces.
2 comentarios:
tengo la fortuna de conocer el pueblo de Tequila, su cerro y sus alrededores, ir al cerro es bastante divertido realmente me senti en medio del bosque esta hermoso, y màs que esa vez acompañe a una ex-amiga que estudiò Biologìa a recolectar hongos de diferentes tipos para una exposiciòn, no para comer, en si llevabamos guantes y no se que tanto màs puesto ya que si tocas directamente algunos hongos te pueden causar fiebre, diarrea, etc. Si un dìa puedes ve a explorar el cerro de Tequila te encantarà
Estoy toda confundida (un poco a causa de tu post): ya no sé en qué año cumplí 29, ni si en la foto de la Cotufa estaba cumpliendo de veras 29. ¿eran 28? Qué horror con mi alzjáimer.
Lo peor de todo es que no tengo tiempo de sentarme a hacer las cuentas.
Te quiero.
Publicar un comentario