domingo, marzo 22, 2009

HOW AM I DRIVING? - Texto escrito para el programa Radiografía




Existen algunos momentos musicales que se establecen en el imaginario colectivo como una quimera auditiva, en el caso de aquella generación marcada por la música “alternativa” y las paranoias finiseculares, el sueño tenía la forma de un hombre desfigurado con una cabeza de radio…


Durante años el punto hipotético más elevado de su realización musical, la mayor (y mejor) cima que podían concebir para su historial melómano, era enunciado simplemente así: “Escuchar en vivo a Radiohead”. Que esto sucediera en el plano de la realidad se antojaba inconcebible para México, después, antes de darte cuenta, ya tenías un par de boletos.


El 16 de marzo es la fecha elegida, en un autodromo atestado, con un ligero y remoto olor fétido, el ruido de la ciudad, las multitudes, el vomito, el aire urbano, una amenaza de lluvia, un Kraftwerk tan frívolo como intenso, este es el marco antes de los primeros acordes de 15 Step, Thom Yorke aparece en el escenario, es más alto de lo que imaginabas y en ese momento lo comprendes, estás viendo a Radiohead.



Conscientes o no de sus 15 años sin pisar el país, la banda elige una mezcla equilibrada entre las canciones de su último álbum In Rainbows, sus grandes éxitos y algunos lados B.

The National Anthem es interpretada con sampleos de una voz anodina en español hablando sobre el FOBAPROA, Kid A es reinterpretada de sus sonidos electrónicos programados a una versión absolutamente instrumentada en vivo, para enlazarse con Karma Police, cada corte sin disminuir el ritmo, con un público entregado y extraviado en su sonido.


Thom Yorke muestra un baile de convulsiones mientras grita la letra de Idioteque, algunos lo imitan mientras el resto se abandona al acto de observar la música. Durante Exit Music (For a Film) el guitarrista Johnny Greenwood olvida el orden de la canción y entra con su sólo de guitarra antes de tiempo, reinician la melodía y a los pocos segundos Yorke olvida el estribillo de la canción, la cuerda de su guitarra revienta, se detienen en seco y pasan a la siguiente; este incidente tranquiliza a la mayoría del público, comprueban que después de todo son humanos…



Casi dos horas de concierto, 25 canciones, 2 regresos al escenario, el punto más inconcebible de la noche llega cuando la banda decide cerrar con Creep, una canción de la que siempre habían renegado, la única que estabas seguro que jamás escucharías…


Desconcertados, eufóricos y luego el silencio... La pregunta incómoda surge inmediatamente al finalizar el concierto. Si está era la cima ¿qué sigue ahora? Algunos se autodefienden desdeñando a la banda, otros expresan apatía por lo que sucedió… Es uno de esos momentos tan irrepetibles que desearías olvidarlo...



4 comentarios:

jotch dijo...

usted ha logrado desarrollarme un inmenso pesar...

supongo que algo tiene de plausible.

-y lo perdono, sì.-

no descansamos en nada dijo...

(Tu segunda persona siempre me ha remitido a Aura =/ )

Angelucho Gomas dijo...

Pues fué un buen concierto, presenciamos algunos errores, pero los presenciamos!, no se si eso, sea positivo o negativo.

y creep! ah!

...no se que pensar.

yorkperry dijo...

Jotch: lo siento, usted sabe que aprecio sus ecos...

Bren: Eso fue un halago? lo tomo como tal... eso es de hecho...

Angelucho: No pienses, disfrutalo!

Plugin relativo para WordPress, Blogger...