sábado, enero 16, 2010

A trail for the devil to erase

Los días, meses, casi años, han pasado. En un viaje de tantos colores, tantos minutos de nomeentiendo, tanta vida y bendiciones.

Antes de mi afortunado "esto". No sé, miro atrás y siento como si mucho tiempo hubiera sido víctima de una neurosis amargada y melancólica, que me llevaba rebotando de una frontera a otra, apostando por imposibles, vendiéndome la idea de que podrían ser distintos (de que podría volverlos distintos), dando por perdido cualquier proyecto de vida, las aspiraciones a ser feliz, total, íbamos a la deriva.

Ese, un extravío por fin extraviado (y que ahí se mantenga).

Hoy. El sonido, nuestro tiempo, la armonía...
Las letras que nacen y viven fuera de esta pantalla. Los puentes sin tormentas.

Me enseñaron la bendición de dejarme estar, y he de confesar que la vida así es más cálida, más pasajera. No puedo sentir más que gratitud, por tener la capacidad de abrir los ojos y ver que sí, tenemos tantas bendiciones como opciones y estas son muchas. Vivo en un punto de complicado equilibrio, tengo que elegir en qué orden voy a perseguir mis metas. Pero joder, es tan posible que sólo basta con dar el primer paso.

El viaje más grande de nuestra vida es que aquel que hacemos interno.
Disculpen si a veces estoy ausente. Como si el viento envolviera mi cabeza mientras escuchamos One Headlight...

Oye...

Gracias por la música...

Yo ya quiero bailar!



3 comentarios:

Celestina Tercioipelo dijo...

Intercambiemos:

http://www.youtube.com/watch?v=nAY_LwYLIh0

El video no es ni la mitad de bonito, pero la canción viene al caso.

Ven Roja, Aquí los juegos dijo...

Todos deberíamos aprender la bendición de dejarnos estar, y vivir satisfechos con lo que somos y tenemos, por más difícil que suene, pero así la vida se pasa bien.

yorkperry dijo...

Celestina: =D!!!??? La canción!! qué padre!

tagskie: Oh my god! No Way!

Roja: eso.. se pasa muy bien

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