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Curiosamente la semana en que terminé Hackers de Arcoíris Volumen I Código: Garuda, fue la misma donde me vi metido en un montón de discusiones acerca de si era posible crear literatura legítima a partir de una plataforma como es la internet o si era válido meter un montón de elementos en una licuadora para sacar "una nueva historia" derivada de productos fragmentados de una selección gourmet y caprichosa de "bocadillos" de cultura pop.
Todo bajo pretexto-argumento de que la plataforma y (la selección de bocados) condiciona la escritura así como la probabilidad de hacer contacto con el lector al no compartir los mismos códigos. Me topé con todas las posturas, los Nos rotundos y los Sís comprometidos con la causa.
Sin embargo, para mi, la cosa no es tan radical, yo creo que con ambos caminos SÍ se puede crear literatura. No una literatura pura, ni académica, pero sí una rápida, vigente, accidentada, urgida, conectada a la Mátrix, casi muerta al arribo, lo que la hace única. Literatura Fast-food pues.
Como comer nachos en el cine o un hot-dog en el estadio. ¿Qué jodido problema hay con eso? No todo tiene que ser Rayuela.
El Volumen I de Hackers de Arcoíris es apenas el Build-Up de una trama que resulta una suerte de Mash-Up entre El Corazón en las Tinieblas (y su versión Apocalypse Now), Domu, Akira, Ghost in the Shell, BioShock (el videojuego), Matrix, Kill Bill Vol.1, Halo, Magnolia y Shichinin no samurai, todo escrito con harto nadsat región 4 construido por el propio autor. En una historia que involucra telépatas, katanas, ronins, curanderas, guerrillas jarochas, satelucos y shitware de realidad virtual. A hell of a ride...
Para mi sorpresa desde los primeros renglones me llevó a regresarme a Miller y Giménez, ya que algunas historias se entrelazan con la trama de Hackers. Luego de ello también has de visitar el blog del libro, donde puedes seguir cómo se fue escribiendo la obra y encuentras algunos bonus tracks, instagrams, "recortes de periódico" y otros easter eggs que enriquecen la trama: http://hackingrainbows.com/category/hackers-de-arcoiris/page/24/
That's right, en este nuevo mundo la literatura no se encuentra contenida sólo en las páginas del libro, también está en la red, en las películas que se guiñan, en las consolas de videojuegos que usamos de niños, en el soundtrack que va de Tom Waits (:D) a Arcade Fire (yiuk), en un juego de detective que te tiene brincando entre piezas para armar tu línea cronológica de la trama.
Es como una suerte de sampleo para armar una remezcla sobre su propia onda, la obra de Ruy Xoconostle es lo más cercano que he leído a un DJ de letras. Y sí, tiene un madral de detallitos en la narración, el estilo, la sintaxis, el protocolo, hasta usa emoticons a media narración, ¿y saben qué? Está rico. Como un Hot-dog en el estadio, como unos nachos en el cine, como una pizza mientras miras la TV.
Al demonio La Biblia Vaquera, ese libro sólo tuvo el favor de ser reseñado en Letras Libres. This is the real shit.
Ruy Xoconostle no es ni será Cortázar, y aun así, curiosamente, está a dos pasitos de también lograr que evolucione esto.
Tómala cachetón.
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2 comentarios:
Escribir un libro que sea el equivalente a un hot dog (así de gráfico) no me acompleja. Ni me desagrada. Tristemente, a otros miembros del gremio y la prensa parece que sí los acompleja. Y desagrada. Yo creo en la diversidad. En que hay espacio para todos. En que mis hot dogs pueden compartir el anaquel con las grandes joyas de la literatura nacional. Eso es lo que hace que una cultura como la estadounidense esté viva y con mucho follaje. En México no hay escala de grises. Vamos del mongolismo televisivo al esnobismo cultural con nariz de alcanzaqueso. Gracias por su comentario, maese. Un honor.
Como sabes, sostengo que la literatura va más allá del formato. Y le doy su merecido lugar a la comida rápida. Sin embargo, creo que la diferencia entre literatura y choro impostor está justamente en los "detallitos" de la narración, en el estilo, la sintaxis y la ruptura del protocolo.
Habrá que leer a Xoconostle y ver qué tal.
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