domingo, septiembre 29, 2013

The one who knocks: sobre el final de Breaking Bad y cómo nos deja solos

Advertencia innecesaria: Esto está lleno de spoilers si no han visto la serie.

Por más insoportable y exagerado que suene, no se puede evitar una sensación como de luto o tristeza. Hoy termina Breaking Bad, y no va a volver (el spin-off de Saul no será una secuela, ni en tono ni tema, lo cuál está muy bien). Conocer hoy el cierre de esta historia se siente como si fueras a despedir a alguien muy querido, en una situación extraña, donde ya quieres que suceda, pero no deseas que se acabe. Hoy, luego de todo ese camino, creo que hay algunas notas que vale la pena dejar aquí, estos chicos lo merecen de sobra.

Ver los primeros tres episodios de Breaking Bad fue una de las experiencias más difíciles y angustiantes de mi vida como espectador. Mi compasión por la cruzada de Walter White y su conflicto moral entre su talento, el choque con su futura muerte y la noción de un bien mayor para sus amados era algo casi insoportable de ver por la tragedia latente que se iba insinuando en cada minuto en el que avanzaba la espiral de su ambición. Luego, por ahí del quinto episodio comprendes que Vince Gilligan y su gente se iban a tomar su tiempo para que todo reventara, lo que implicaba dos cosas, ninguna de ellas agradables, pero imposibles de rechazar: no quitarían el dedo del renglón, por el momento podrías dejar de preocuparte por el colapso,  pero se tomarían su tiempo, el suficiente para que te involucrarás emocionalmente con Walter White y todos los que lo rodean. Y el plazo para ese golpe tan anunciado y duro y triste está aquí, hoy llega a su fin.



Al igual que Six Feet Under, Breaking Bad posee la gracia y belleza de que toda su historia es un mismo arco, y la existencia de temporadas es apenas un pretexto de producción para una historia compuesta por una sóla y consistente línea, que han dibujado de manera impecable, para cerrarla ahora, finalizando una de las cosas más complejas, dramáticas, intensas, bellas e irrepetibles que hayan aparecido en la historia de la televisión. Resulta casi inconcebible los niveles de elaboración a los que han llevado esto, a un grado tal que la pantalla ya le queda chica a este tipo de historias, pero no existe otro medio mejor por ahora (tal vez Netflix).

Los temas centrales de Breaking Bad son la dualidad y la metamorfosis. La transformación de Walter a Heisenberg (cuya teoría del Principio de Incertidumbre resume de manera perfecta nuestro papel como testigos de la evolución de los personajes), su relación de pareja, su dinámica de padre/hijo, con Walt Jr. y Jesse, Hank y Marie, Gale y Jesse, los gemelos psicópatas, los Pollos Hermanos, el asunto de Gray Matter, la pareja de patiños de Saul, los junkies que robaron el cajero automático, Hank y Gomie, Todd y el Uncle Jack.

Este hermoso y jodido discurso de la destrucción del hogar, nuestro sitio al que pertenecemos, como una extensión de la pérdida de nosotros mismos. Con la tina desecha entre tripas y ácido, como el lazo que marcó la unión de Walt y Jesse, la casa White azotada por el colapso de los aviones, la transformación del hogar de Jesse como un reflejo de su colapso interno, la casa de Hank antes y después de esta última temporada, el departamento de Gale como un anuncio y eco del desenlace de la cuarta temporada,  la casa de Gus que parece una extensión impersonal de una oficina, la cabaña en la nieve, la residencia White como un sitio de culto, con un grafiti atravesando la pared, el legado de Heisenberg.



Dentro de dos minutos inicia el último episodio de esta increíble serie que ha marcado una era. Esa donde una producción puede sobrevivir y volverse objeto de culto gracias al internet y las redes sociales. Hay demasiados puntos por analizarle a esta serie, de manera que mejor les comparto mis momentos favoritos de estos 6 años.

LOS MOMENTOS

El plato amarillo:

"This, is not meth":




Stay out my territory:




La tortuga:




Better Call Saul!:





Los gemelos contra Hank:



"I loved her":




Major Tom, Calling Home:




"Run...":




1977:


 

"Salud":




Heisenberg gana a Walt:
(Probablemente el momento más extraño e intenso de toda la serie).





The one who knocks:




"I won":





Skyler y la piscina:




"Yeah bitch! Magnets! Oh!":




"Say My Name...":




Mike y Walt frente al lago:



Leaves of Grass y Walt Whitman:




El intro de Blood Money, el muro de Heisenberg:



Jesse Pinkman acostado en el carrusel:



 Jesse se da cuenta:




El final de To'hajiilee:


Todo Ozymandias:




Heisenberg despierta, al final de Granite State:




Felina, el desenlace...:






Mención especial a Fly:

Un capítulo embotellado que en su momento odié profundamente, porque quería saber qué seguía en el chisme de la temporada, pero que ahora, luego de ver la evolución del final, adquiere tanto sentido y fuerza, que se convierte en uno de los episodios más significativos, ese donde vemos el arrepentimiento y punto sin retorno de Walt, con una de las escenas más tristes y emotivas de toda la serie:




Se acabó... Para todos siempre, y de algún modo, los recordaremos más o menos así:


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