Las galletas Maribel siempre me habían gustado, tal vez por ese saborcito tan distintivo que deja en tu paladar y te dibuja una sonrisa. Aparte de que la monita del empaque es bien tierna y los colores del envoltorio están tan vivos. Pero lo mejor de todo es que son baratas baratas... Me pregunto cómo lo logran!
Bueno ese encanto de infancia acaba de romperse hace 30 minutos. Es que conocí la mágica fábrica de galletas...
1 comentario:
Decía Maquiaverlo: el fin justifica los medios. Digo yo: la ignorancia es a veces una bendición.
Ahora comer galletitas no será tan gratificante como antes, ¿verdad?
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