En estas minivacaciones hice un montón de cosas, muchas de ellas soñando en la cama. De lo más top a lo más ingrato. Saltando de ahí y reconstruyendo lo que había quedado flotando, y es que tenía un rato sin dedicarme a mi. Leí muchos libros, y lo mejor es que aun me faltan por leer muchos más. Vi películas, me regalaron otras, salí con mi hermana, me encontré con mis amigos, nos fotomontamos de Espartanos, conocí a Jotch, tengo un trago pendiente con el Buen Hombre, me enteré que Juan es un galan y no un galán. Hay tanto por aprender...
Pero en este momento, antes de volver a la cama y sumergirme en la rutina, mencionaré sólo una cosa, UNA, de todas las inconcebibles que me sucedieron en estos últimos días:
Ahora tengo un nuevo separador de libros... y está suajado.
Pero en este momento, antes de volver a la cama y sumergirme en la rutina, mencionaré sólo una cosa, UNA, de todas las inconcebibles que me sucedieron en estos últimos días:
Ahora tengo un nuevo separador de libros... y está suajado.
2 comentarios:
¿Y cómo le ha salido el separador, oiga?
A ver si no causa estragos en sus libros... con eso de que todo se parece a su dueño...
jejeje.
qué bonitas actividades vacacionistas.
-un saludo con abrazo-.
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