domingo, mayo 11, 2008

Sobre teclear hospedado en el limbo

Este jueves tuve que salir de viaje a Ocotlán, no lo tenía contemplado en la agenda, surgió en el último minuto y resultó que tenía que pasar la noche allá.
El hotel donde nos hospedamos estaba como suspendido en el tiempo. Era muy grande, cada habitación era como una pequeña cabaña, la vajilla completa del restaurante era del mundial de fútbol de México 86... Tazas con el logo y platos con el dibujo de la mascota oficial... Un trampolín en el jardín donde los adultos de treinta volvían a ser niños, las puertas del baño eran como de cantina del viejo oeste, cerca del lobby había un reloj de pared grande y viejo que hacía un ruido tétrico cada hora en punto...

Pero mi parte favorita del hotel estaba justo en la puerta que divide al bar del restaurante. Ahí, sobre un par de mesas igual de antiguas, alguien puso unas máquinas de escribir de hace décadas... viejas, inmaculadas, como orgullosas guardianas... Y yo estaba ahí, viéndolas, preguntándome por todos los sitios que habían visitado, todas las historias que habían contado antes de llegar a descansar ahí...

Daban ganas de escribir en ellas, aunque fueran sólo letras sin palabras, para que así al menos no se oxidasen las teclas...


7 comentarios:

Celestina Tercioipelo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Celestina Tercioipelo dijo...

Yo tengo una máquina de escribir antigua en casa (muy bien conservada, por cierto). Nunca me he animado a escribir en ella. Me pasa lo mismo que con Nicole Kidman en Cold Mountain. (Chin: una u de sobra en la primera edición.)

Neto Citadino dijo...

Es raro estar en un lugar detenido en el tiempo.
Me acordé de la rolita "México 86, México 86, el mundo unido por un baloooooon", chale en ese tiempo mis abuelos vivían en Monte Casino, es decir Fidel Velázquez hoy, a unas cuantas cuadras del Jalisco (los brasileiros son una fiesta ambulante).

P.D.
A mi me tocó todavía hacer trabajos en máquina de ecribir

mamá logón dijo...

Me las imagino como un par de gemelas con vestidos de antiguas muñecas de porcelana, susurrandose secretos y riendo calladamente al ver que no se lo que me ocultan.

que picaras.


Que bueno saber que los vortices en el continuo espacio-tiempo llevan a lugares interesantes aún. Temeré al dia en que tengamos que inventarnos lugares antiguos y fabricar cosas viejas para satisfacer nuestra nostalgia.

besos y abrazos

mamá

Soledad Burgos dijo...

Por piedad debiste teclear, escondido, sin que nadie te viese,,,,como un niñomalo e insolente,,teclear, teclear tu nombre
un beso

yorkperry dijo...

Celestina: La película, si la vi no la recuerdo. Salía Jude Law?

Neto: a mi también me tocó entregar trabajos en maquina, las glorias del windows llegaron a mi vida (por falta de presupuesto) hasta por allá de 1999.

Mamá: Eran pícaras... y coquetas.

Soledad: Sucede que a veces nos sorprenden gratamente las visitas tan totalmente inesperadas... un beso.

Bere dijo...

Me encantan esos lugares!! Igual que a ti me parecen interesantes, pensar que habrá ocurrido con todas esas cosas, quiénes han hecho hicieron uso de ellas.
Hace unos años en la Videosala de Lerdo de Tejada me pasaba algo similar con el baño y la fuente con los peces, el baño tenia un lavavo antiquísimo se veía ya hasta poco higiénico y los toques de oxido en las llaves me encantaban, cuando cambio la administración cambiaron el lavavo y ya no hubo más peces en la hermosa fuente :(

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