miércoles, julio 07, 2010

Diótima

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Ha habido tanta vida afuera de estas letras que hasta siento penita por el mutis bloguero.

Clandestino, vagabundo, errante, single, fetichista, canalla... los nombres de estos días se nos han puesto como sombreros, y a ellos siempre hay que llevarlos con gracia. Algo así como aprender a sostener la copa, no de la forma en que mejor se conserve el vino, sino en la forma en que seamos más nosotros mismos...

Con ese pulso acelerado y compartido, ese equilibrismo de escapistas, con la locura suficiente para estrenar zapatos dominicales, para pedir otro trago, para enfrentar las consecuencias de la noche, para ser dos en la ciudad.

El amor por casarse en días de lluvia...


Y este impulso por declararse y revelarse kamikaze, por escuchar a Fito y Charly todo el día. Por querer cambiarme el nombre un poquito, y a razón de eso recordar este poema:


No digo: amo,
no develo mi historia esta mañana,

respeto a los felices,

voy al bufete,

hago la cama,

me sostengo,

robo una estrella aliada de tus dientes.


Lo disimulo,

vivo entre ómnibus locales,

compro periódicos y sedas.

Llegó visita. (Pintaré mis labios

con la sangre del lunes.)


Me quedan cortos: la locura,

el clamoreo verde del ovario,

la herida que me mandas.

Está bien.

Hoy no puedo derrotarte:

hoy colecciono ácidos y manchas,

hoy esta pena me azoró por dentro.


Mañana trataré de ser como cualquiera,

mañana iré a la exposición de flores

con un vestido nuevo

y me pondré la sombra de oro.

(Tú dirías: ha parpadeado en el champán.)

Mañana bajaré de tanta nube,

miserable, carnal.

No importa que los sueños se despierten

ni que quizás olvide

esta página absurda que ya es del siglo veinte.


Está bien - Carilda Oliver Labra.

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Encontré encima de todo un par de notas viejas, que no sé porque ahora me llegan:



"(una vez derrotada la fortaleza de los labios, el cuerpo es un Waterloo cualquiera...)"


"El arte es un afecto fluvial".

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3 comentarios:

Celestina Tercioipelo dijo...

Caray, una dormida sin saber que usted preparaba regresos triunfales.

(Los sombreros siempre me han parecido prendas antológicas. Carilda, sin embargo, prefiere los moños altos, como su alegría. Y, si fija bien, estamos ante un paralelismo.)

Jo dijo...

pues siempre hay que saber llevarlo con elegancia, no importa el estilo o material...

York ese mutis no se me coloca bien en la cabeza...

yorkperry dijo...

Mi regreso triunfal a la contestada de comentarios fue tardía, pero espero que también sea digna. Para usted, de uste... :)

Jo: Así debe ser, que el silencio nunca deje de ser patente.

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