.
.
.
.
.
Imaginen la escena.
Sofia Coppola está en junta de producción con los chicos de American Zoetrope, y les presenta la trama de su nueva película:
En Algún Lugar Debe Haber una Trama.
Johnny Marco es un actor de moda que sufre de un serio problema de anhedonia y party animal (aunque en ninguna sóla escena lo vemos siquiera mirar el vaso que siempre sostiene), cae de la escalera, se fractura la mano y lo internan en una clínica de rehabilitación.
Ahí su hija lo visita por orden de su madre siempre ausente. Él la lleva a una premiación en Italia, en el coche ella se rompe en llanto y le ruega que la deje estar con él. Johnny se niega y la obliga a irse, luego le dice que lo siente. Regresa al centro de rehabilitación, recoge sus cosas, maneja hasta llegar a una carretera en medio de la nada. Baja del coche, camina, sonríe al horizonte, fin.
Y los ejecutivos dijeron “Sí venga, tu padre es dueño de la productora, total. Pero consigue otro inversionista para que asuma las pérdidas, como en Marie Antoniette”. Y lo hizo.
Aun no me defino sobre Somewhere. O es una película linda con algunos detalles horribles, o es una película horrible con algunos detalles lindos.
La cinta por momentos es muy íntima, y transmite esa angustia adolescente, femenina y universal, aun en las esferas elevadas. Y es ahí donde Sofia Coppola tiene esta parte interesante y auténticamente trascendente en su filmografía, donde aborda la educación emocional de la mujer joven en circunstancias privilegiadas. Con Marie Antoniette, Las Vírgenes Suicidas, Lost in Translation, etc…
Sin embargo, Somewhere, a pesar de ser cálida y personal, también tiene ese lastre sin forma, donde difícilmente se conecta con las viñetas garabateadas en pantalla. Se siente casi como un capricho improvisado.
Pero tiene la música de Phoenix y un hermoso Lado-B de The Strokes. Vale la pena darle una oportunidad, y casi vale la pena haberla visto.
Sofia Coppola está en junta de producción con los chicos de American Zoetrope, y les presenta la trama de su nueva película:
En Algún Lugar Debe Haber una Trama.
Johnny Marco es un actor de moda que sufre de un serio problema de anhedonia y party animal (aunque en ninguna sóla escena lo vemos siquiera mirar el vaso que siempre sostiene), cae de la escalera, se fractura la mano y lo internan en una clínica de rehabilitación.
Ahí su hija lo visita por orden de su madre siempre ausente. Él la lleva a una premiación en Italia, en el coche ella se rompe en llanto y le ruega que la deje estar con él. Johnny se niega y la obliga a irse, luego le dice que lo siente. Regresa al centro de rehabilitación, recoge sus cosas, maneja hasta llegar a una carretera en medio de la nada. Baja del coche, camina, sonríe al horizonte, fin.
Y los ejecutivos dijeron “Sí venga, tu padre es dueño de la productora, total. Pero consigue otro inversionista para que asuma las pérdidas, como en Marie Antoniette”. Y lo hizo.
Aun no me defino sobre Somewhere. O es una película linda con algunos detalles horribles, o es una película horrible con algunos detalles lindos.
La cinta por momentos es muy íntima, y transmite esa angustia adolescente, femenina y universal, aun en las esferas elevadas. Y es ahí donde Sofia Coppola tiene esta parte interesante y auténticamente trascendente en su filmografía, donde aborda la educación emocional de la mujer joven en circunstancias privilegiadas. Con Marie Antoniette, Las Vírgenes Suicidas, Lost in Translation, etc…
Sin embargo, Somewhere, a pesar de ser cálida y personal, también tiene ese lastre sin forma, donde difícilmente se conecta con las viñetas garabateadas en pantalla. Se siente casi como un capricho improvisado.
Pero tiene la música de Phoenix y un hermoso Lado-B de The Strokes. Vale la pena darle una oportunidad, y casi vale la pena haberla visto.
.
.
.
.
2 comentarios:
¿Esto es como confesar que a uno le complace ver peliculas de Rafa Inclán?
Me declaro culpable! Habrá que ver!
Bajo tu propio riesgo...
Publicar un comentario