lunes, junio 04, 2007

A Day in the Life...

Mi canción favorita de The Beatles es A Day in the Life... por décadas bastante genta ha intentado describirla, pero es en vano. No hay forma de abarcarla toda. Es inmensa. Así de simple.

Sin embargo tenía yo en mente, hace muchos meses, la idea de escribir un post donde viniera todo todo todo lo que pudiera decir sobre esta gran pieza. Al final pasaron dos cosas:
La traduje como más la sentía, para compartirla con un gran amigo.
Y Rodrigo Fresán me ganó en mis intenciones, con un breve pasaje de uno de sus libros, sin que yo tenga ahora nada más que decir o hacer, excepto compartirlo:




Mi pequeño ensayo narrativo - A Day in the Life of Jim Yang- narra un viaje en el tiempo de Jim Yang a los estudios Abbey Road entre enero y frebrero de 1967. The Beatles están creando allí el Sgt. Pepper´s Lonely Hearts Club Band y se diponen a agrabar lo que será considerado, con justicia, su magnum opus: "A Day in the Life".

Se ha escrito más sobre las muchas formas de interpretar el significado de esta canción que sobre casi todas las otras cosas del mundo en busca de un significado. No me parece mal. Se lo merece. La hipótesis que yo prefiero y elijo es aquella que afirma que esta canción trata de una suerte de pequeño pero exhaustivo manual de instrucciones para percibir la realidad. La realidad alterada a partir del uso de alguna sustancia alucinógena en el caso de John Lennon & Paul McCartney; pero que - en el caso de Jim Yang - yo atribuyo a las millas acumuladas por sus hábiltos de frecuente y cada vez más adicto viajero temporal.

"A Day in the Life" es el deseo imposible de hacer que toda la Historia quepa en un día; un antídoto sonoro para soportar el desencanto con las limitaciones de lo mundano elevando todo a una efeméride perfecta. "A Day in the Life" - registrada en un total de 34 horas de estudio - hace sonar lo cotidiano de manera diferente y única, vuelve especial y trascendente un día cualquiera. Lo despierta para siempre con el sonido de ese despertador que se oye a la altura del bridge y que parece brotar de las tripas de un cocodrilo.
... Lo que en la canción es la lectura iluminada del Daily Mail correspondiente al 17 de enero de 1967 - el "día en la vida" en cuestión - en la vida de Jim Yang, es el instante en el que querría quedarse para siempre. Llegar allí, permanecer, no irse nunca.
En A Day in the Life of Jim Yang, el joven viajero temporal arriba a los estudios Abbey Road durante la sesión en la que se va a grabar el segmento sinfónico de la canción. Paul McCartney quería noventa músicos pero al final son nada más que cuarenta. El productor George Martin los escoge entre los miembros de la Royal Philarmonic Orchestra y la London Simphony Orchestra. The Beatles reparten máscaras, narices postizas, bigotes falsos, sombreros de fiesta para que los músicos se los pongan mientras tocan. Hay algo cruel en que sus nombre no figuren entre los creditos del álbum,. Los imagino hoy, desesperados intentando en vano convencer a sus incrédulos nietos de que ellos estuvieron ahí.

Jim Yang siente que es el mar el que se acerca a él y ese sonido a mi me recuerda a ese envidiable tumulto orquestal que se oye por primera vez en "A Day in the Life" y que, a su manera, anticipa el principio del fin de todas las cosas.
John Lennon describió ese sonido como "el sonido del fin del mundo... un poco 2001", y nada volvió a ser igual para The Beatles luego de esa canción como nada es igual cuando uno ha alcanzado la cima más alta y descubre que lo único que le queda por hacer es arrojarse desde allí...


-Rodrigo Fresán / Kensington Gardens.

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