viernes, septiembre 17, 2010

Pot kettle black...

Existe esta expresión, que es pérfida, malvada y embustera:


"Es como andar en bicicleta, una vez que lo aprendes jamás lo olvidas"


Algo que incluso de buenas a primeras me suena sensato. Yo creo que aun sé andar en bici, aunque tenga 19 años sin treparme a una. El problema viene cuando nos toca retomar hábitos. Ahí es donde uno dice que "esa frase es del diablo, quiero a mi mamá". Yo lo he comprobado poquito en estos días.



Regresar al salón de clases, por ejemplo, ha sido una experiencia irrepetible, divertida, bella y angustiante. Pero retomar la disciplina de los horarios, las lecturas y los desvelos es un arte realmente complicado de volver a asimilar. Más aun si le agregas tus responsabilidades de adulto de tiempo completo.


Tenemos también esta otra compleja actividad: Asistir a una convención de cómics.

Su servidor es un acérrimo visitante de estos eventos del Jet Set geek, pero en los dos últimos años se ha dedicado solamente a comprar Pan al vapor y Pocky's, y es que no sé, ya comienza a sonarme descabellado gastar cuatro mil pesos en una figura de colección de Macross.

En la última convención mi hermana volteó a ver a un tipo como de treinta y tantos, y me preguntó de qué iba disfrazado...




"Pues de Wolverine!" le dije... a lo que ella comentó "por un momento creí que venía de Pikachu..."



Fue ahí cuando me di cuenta de que tal vez ya había cerrado mi ciclo ahí...

Todas las personas que han estado conmigo (y en especial las que siguen), saben que siempre apesto al principio de los come backs.

Mi amigo Juanelo se fue a Madrid, y durante todo el tiempo previo no tuve las bolas para despedirme formalmente de él. Como niño chiquito, no quiero que se vaya. Y hasta lo conjugo aquí, en mi geografía.

Otros come backs no dan con las palabras y cuestan mucho trabajo. Y nos roban sonrisas y dan vida a esta alma.
Hoy al menos aquí regresamos.
Y siempre habrá alguna melodía para encontrarnos....



2 comentarios:

no descansamos en nada dijo...

Pot Kettle black :)
No sé, mi filosofía es no regresar a menos que en los nuevos parajes no hayas encontrado casita. (Por eso mis continuos retornos-exilios. Qué mierda.)

Yo también quisiera disfrazarme de algo ambiguo.

Kiddo dijo...

Aprender a decir adiós, cuesta mucho más después de los treinta. Lo bueno de madurar es que la resignación que lo acompaña es gratis.

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