Crónica de un fracaso no anunciado - Colotlán, mayo 4 de 2006

Todo pintaba para ser perfecto, el viaje camino a Colotlán es pesado, mucho para el citadino promedio, por ello es una bendición llegar al Hotel Los Gálvez, que es, después de horas y horas de curvas, un pequeño oasis para tu estabilidad mental, believe or not. Las excentricidades comienzan desde que entras, el estacionamiento por algún motivo tiene algunos cuantos autos clásicos adornando la fachada, lo que le da un mood bastante retro, hablo de coches de los 50´s y 60´s! cómo llegaron ahí? Al menos me queda claro que una vez que llegaron ya no se han movido. En el restaurante comes muy rico y ponen películas porno con niños presentes (accidentalmente claro, pero los niños no se quejan).

Cada vez que llegamos hay algo nuevo que verle al hotel, porque ya es funcional pero aun no lo terminan de construir, así que la alberca esta ocasión estaba a todo lo que daba. Todo era optimismo, esperábamos un gran evento, y nos tomamos un tiempo para tomar fotos chistosas, departir con la cofradía, pensar en ir de fiesta a la feria del pueblito, todo era posible…

Que pesado es ser burocrata me cae...

Al día siguiente, el gobernador fue de visita al mismo municipio, llegó en helicóptero para ver a sus gobernados, lo cual al parecer era visto por todos lo que me lo contaban como algo de tintes bíblicos. Así que prácticamente todo Colotlán fue a ver al Gober, el resto ni se enteró y nadie, absolutamente nadie fue a nuestro evento.

Yeah! El fracaso rifa…

El concurrido evento

EN ESE VIAJE APRENDÍ QUE: Las ancas de rana saben a pollo y la cerveza puede facturarse en los viáticos si lo catalogas bajo el nombre de “Bebida Refrescante”