La escena es esta:
J.K. Rowling está en el Carnegie Hall, su saga de libros por fin ya terminó y pues ahora todos estamos en esa etapa de rebuscar entre lo que fue para ver que nueva cosa le encontramos. Un inocente fan le pregunta si el buen viejito mago Dumbledore se ha enamorado alguna vez. Doña Rowling pues le dice “Mi sincera respuesta... Siempre pensé en Dumbledore como gay…”
Acto seguido, se hace un silencio sepulcral en todo el recinto, hasta que a alguien lo primero que se le ocurrió hacer fue… aplaudir.
No tengo nada en contra de que Dumbledore sea gay, incluso leyendo entre líneas y poniendo atención a las películas podías percibir eso, muchos fanfics lo abordaron en su momento.
Sin embargo, esa declaración me parece un acto de publicidad barata por parte de Rowling, para volver su obra un cadáver exquisito, ya puedo ver a los Potterfanes releyendo completittas todas las novelas para ver donde “devela” la autora la orientación sexual del viejo.
Chale… lo triste ahora es que los personajes gay se están volviendo tan cliché y políticamente accesorios como los personajes afroamericanos del cine ochentero.
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