Es raro, pensé que el día que mi jefe dejara por fin la oficina yo perdería la razón, y me daría
por bailar la Macarena sobre mi escritorio.
Pero no pasó.
por bailar la Macarena sobre mi escritorio.
Pero no pasó.
Porque de un modo u otro me hizo pensar el semblante de su rostro. No pude evitar ver a un hombre con miedo. Por no saber lo que vendrá y en especial por no saber si lo que hizo todo este tiempo en realidad valió la pena.
Y no quiero, no quiero llegar a esa edad y hacerme la misma pregunta. Pero si no lo hago supongo que caería en algo peor: La negación y la cobardía la autoconfrontación.
El cuate me hizo muchas jugadas muy pesadas, otras tantas odiosas, pero su despedida fue en
terminos de tregua total, y a final de cuentas creo que he de agradecerle, por darme la
oportunidad de trabajar ahí...
Aprendí mucho de tus errores.
Es el cumplido más sincero que puedo escribirte...
2 comentarios:
Bueno Mr, mi madre suele decir algo muy entrado en razón: "aunque me haya beneficiado, no puedo darle las gracias por que esa nunca fue su intención". Sin embargo lo que si le admiro es que pueda reconocer en ese sujeto a un ser humano, como lo es usted, como lo somos todos, y que comprenda que todos tenemos altas y bajas. Estoy seguro que la vida le pondra muchas pruebas que habrá de superar y si alguien podrá ver los frutos solidos de su esfuerzo, será usted.
Yo quería verte bailando la macarena sobre tu escritorio!! =(
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