lunes, febrero 12, 2007

Una canción para la familia que nunca tuve (Revisitado)


El 1 de Febrero me titulé. Después de casi dos años de graduarme.

¿Qué me retrasó tanto?
Al principio mi obstinación por presentar una tesis y la falta de dinero. Luego cuando tuve dinero fue la falta de tiempo. Después cuando ahorré todo y titularme era el primer paso para empezar el proyecto de un postgrado en España, decidí sacrificarlo, aunque eso me valiera perder la oportunidad, por ayudar a alguien más.
Es fácil renunciar a un sueño cuando tienes otro que te llena más.

Al final ninguno de los dos se logró (pero no me arrepiento).
Nuestro hogar entró en crisis y tuve que dedicarme a mantener mi trabajo para mantener a mi familia. Mientras por dentro, me derrumbaba, pedazo a pedazo.

El aguinaldo me permitió cumplir por fin con el tramite. Para recoger mi Titulo me obligaron a ir a un Acto Académico. Yo no deseaba alboroto, ni siquiera le conté a mi familia, sólo quería recoger el papel, largarme de ahí e intentar seguir con mi vida. Por desgracia olvidé la fecha y mi madre se enteró cuando llamaron de la escuela para confirmar mi asistencia. Así fue como todos ellos asistieron al acto. Lejos, en los asientos de lejos.

A ninguna de las personas que estaban ahí las conocía, ni me importaban. Los nombres fueron desfilando uno a uno hasta llegar el mio. Me puse de pie y fue entonces, al ir subiendo los peldaños que escuché una vocecita, suave, firme, clarita:

"How does it feel?....
How does it feel?....
To be on your own..."

No sonreí, no pude, lo mejor que salió fue sólo una mueca.

Porque en ese momento me di cuenta de que nunca comencé las clases de piano (sentí que eso también debía enterrarlo). Y tal vez por eso ya no puedo inventar música nueva como lo hacía Novecento sobre aquel barco flotando en mitad del oceano.

Más tarde, esa misma noche a solas en mi cuarto. Estiré mis manos sobre el viento, tocando con los dedos un blues imaginario. Y sonreí, reventando en carcajadas. Como si también, al igual que él, estuviera sentado sobre una caja de dinámita. Mientras iba ignorando cómo se le escurrían las lágrimas por mi mantra...

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(Todo este post tiene más sentido
si has perdido lo que apostaste,
si la has soñado 4 veces (Cuatro!) en una misma noche
y sientes que aun no has despertado).

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Entiendo perfecto... yo renuncié a un vuelo, literalmente, un viaje al Buenos Aires querido de Gardel... lo renuncié por algo que creí que me llenaría más: estar a su lado y ayudarlo a ser mejor. Nunca lo lograré y no sé si Buenos Aires me esperará a que llore mis lágrimas en su Plaza de Mayo...

Te entiendo perfecto...

- Chupycuate - dijo...

Que miedo York, me recuerdas taaaaaaaaaaaaaaaaaaaanto a mi que me das miedo... en serio.

paulinita dijo...

tú eres mi ídolo.

Besitos.

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