No estoy seguro de si considerar esto un sueño o un recuerdo, porque sucedió de verdad, pero siempre que me duermo veo la estancia donde velé el cadáver de mi hijo. Todos los que me acompañaron recordarán que nos sentamos en silencio y comimos solo lo necesario para no desfallecer. ¿Recuerdan el pájaro que chocó contra la ventana y cayó al suelo?
Recuerdan, todos los que estaban allí, el temblor de sus alas antes de morir y la mancha de sangre que dejó en el suelo cuando lo recogieron.
Pero ¿Quién de todos ustedes fue el primero en advertir la copia del pájaro que se quedó en la ventana? ¡Quién vio por primera vez la sombra que el pájaro dejó atrás, la sombra que arrrancó sangre de todos los dedos que se atrevieron a seguir su contorno?
La sombra, prueba más fehaciente de la existencia del pájaro que el pájaro en sí...¿Quién estaba conmigo mientras velaba el cadáver de mi hijo, cuando me disculpé para ir a enterrar a ese pájaro con mis propias manos?
Fragmento del capítulo "El Libro de los Sueños Recurrentes, 1791".
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