Fue durante una siesta. Soñé con una escalera por la que subían y bajaban ángeles, caminando como sonámbulos, con los ojos cerrados, la respiración pesada y las alas caídas. Tropecé con un viejo ángel, le desperté y le miré fijamente. Tenía el mismo aspecto que ofrecía mi abuelo el año pasado, justo antes de morir, cuando todas las noches rezaba para morir durmiendo.
"Oh, me dijo el ángel, precisamente estaba soñando contigo..."
Fragmento del capítulo "El Libro de los Sueños Recurrentes, 1791".
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