martes, noviembre 18, 2008

Tratado para gitanos

Según esta teoría, hay un gato dentro una caja y no podemos ver en su interior, pero las posibilidades solamente son dos: Un solo evento, uno, el pequeño movimiento de un pequeño fragmento de átomo, una partícula de una partícula, provoca que el gato muera al instante, de manera sádica, estúpida y absurda. O en su otro escenario, nada se mueve, nada se altera y el gato se mantiene vivo.

Otros creyentes, entre los que me incluyo, afirman que hay más de un universo, algunos de ellos corriendo por carriles vecinos al mismo tiempo; se supone entonces que de hecho hay dos gatos, uno bien muerto y el otro bien encerrado... O si lo vemos de cierto modo, uno que sí pudo ser, otro que ya no está...

A veces me da por pensar (y peor aun, por sentir) en el what if, por más insano, por menos cabal que sea. Y uno quisiera que las respuestas, aunque ya se conozcan, fuesen otras.
A veces uno se estrella si voltea al otro carril, invisible pero latente, porque a veces nos cansan nuestras propias reglas... y qué ganas de traicionarse.

Al menos se queda un consuelo: Hay universos paralelos, vidas paralelas. Y en una de ellas pudo ser distinto, pudo ser así.

(Hay historias que contar, hay historias que vivir).


3 comentarios:

Sue dijo...

"a veces nos cansan nuestras propias reglas... y qué ganas de traicionarse"

I know what you mean

Celestina Tercioipelo dijo...

Si nuestras reglas nos cansan, por favor, cambiémoslas para no tener que traicionarnos. Bueno, yo digo, ¿no?

yorkperry dijo...

tú dices =-p yo, la mitad del tiempo no sé, pero amo la foto, y dar clic a la cámara...

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