lunes, marzo 15, 2010

York vs. The Hurt Locker!




Nota: Puse en tono rojo molesto
lo que puede ser considerado Spoiler,
para que se lo salten si son quisquillosos.

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Ok, vi The Hurt Locker o "la película que le arrebató el Óscar a James Cameron cuando lo pateó en las bolas".

Pero ¿la disfruté?

No sabría decirte. Salí con un dolor de cabeza monumental, agotado, tenso y angustiado, demasiado inmerso. No había salido así de una película desde Requiem For A Dream... Sí, de esos calibres estamos hablando. Pero con un arco de desarrollo extraño, distinto.

Y es que la capacidad de poder lograr en el espectador estos grados de presión, vértigo y tensión es lo que le ha ganado su reputación a esta joya monstruosa, que, desde ahorita les digo, no tiene personajes, pero sí un ritmo brillante, casi artesanal, "a la antigua", extraordinariamente inmersivo y contundente, como pocas cintas en los últimos años.

Es una película de muy bajo presupuesto, en especial comparada con las carretadas de billetes que costó Avatar.

A diferencia de Requiem... la virtud aquí no es el desarrollo de los personajes y las situaciones a las que son arrastrados, al contrario, aquí los personajes son meros recursos para posicionar la cámara, las emociones, tus ojos, el mundo, en una circunstancia específica REAL y de alta tensión.

Donde la directora Kathryn Bigelow se las arregla para contagiarte, de todos los temores, sensaciones, percepciones y paranoias de unos protagonistas, que a final de cuentas no son más que trajes huecos, diseñados para que el espectador vea el mundo a través de ellos, en un país ajeno, con otra lengua y costumbres, donde corres el peligro de que te vuelen la cabeza cada 15 minutos.
Más o menos el mismo concepto empático-simbiótico que Cameron intentó con los Avatar, pero joder, aquí se demuestra que el pobre tipo, con todo y sus 500 millones de dólares fracasó bien cabrón.



The Hurt Locker tiene el gran acierto de carecer de cualquier tinte épico, de hecho es una cinta de "lo que queda después de la guerra", resaltando indirectamente el gran absurdo de la circunstancia:

Unos soldados que llegan a Irak buscando armas de destrucción masiva que no existen, pero que eventualmente se tienen que quedar ahí para evitar que los Iraquíes se maten entre ellos, cuando los insurgentes comienzan a poner bombas por todos lados, en contra del movimiento de "independencia" que los propios soldados provocaron años antes (esto no se menciona explícitamente en la trama, el espectador tiene que pensar un poco y unir los puntos).

Aun así, la única línea argumental real que aborda el guión para desarrollar al personaje principal es totalmente lograda: Todo el daño físico y mental, concentrado y encerrado en nuestro protagonista, que sólo vemos e intuimos de manera intermitente, encuentra su eco y traslado simbólico en la figura de las bombas que él mismo desarma (contenidas y a punto de detonar), pero sin lograr resolverse a si mismo.

Pero aquí el gran valor y mérito de la película recae absolutamente en su directora. Joder, ¡qué forma de dirigir! Desde la primera secuencia nos canta directamente su meta: Meternos ahí, en tierra de nadie, sentirnos parados frente a esas cosas que nos pueden reventar en la cara de un momento a otro, con los oídos zumbando y la adrenalina a tope.

El manejo de la tensión y suspenso, partiendo de una situación casual o sostenible hasta llevarnos a un extremo casi insoportable de miedo, estrés y nervios, es magistral, casi malévola, pero sobre todo, lograda como pocas.

La comparo con Requiem for a Dream no sólo por lo que le provoca al espectador, sino también por el tema central de todo: La adicción, y a dónde lleva esta a nuestro protagonista.

Con un epílogo demoledor, sublime y agridulce, The Hurt Locker aun así tiene muchos puntos débiles y algunos altibajos, sobre todo al hacer la transición entre una escena de suspenso a otra, pero están tan bien disimulados, y los grandes momentos son tan buenos, que en el balance final resulta una cinta que merece relativamente su reputación victoriosa.
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5 comentarios:

Jo dijo...

Se nos han inventado provocaciones de terror para justificar las manifestaciones armadas en contra de otra nación, se nos dice que estamos en estado de caos y supervivencia. Pero quizá las verdaderas motivaciones sigan siendo económicas o ¿territoriales? se pelea por la seguridad ¿como en tiempos de la caverna? Nuestra civilización no nos ha llevado lejos -humanamente- seguimos siendo los mismos, solamente las tácticas de guerra se han sofisticado, se ha llegado al grado de llamarla "ciencia de guerra" en lugar de buscar desaparecerla de la existencia humana.

las pelis de esta clase aun cuando toquen esos temas vale la pena verla inclusive esos momentos de arrebatarle un oscar a tu ex a causa de la industria filmica que a veces pareciera que son trincheras de verdaderas motivaciones unicamente económicas y de egocentrismo

Celestina Tercioipelo dijo...

Claro que no la voy a ver (me ahorraré la angustia), pero me encanta leer tu post.

Me dan ganas de que también lo lea el Supi ("una morra no puede dirigir una película de guerra").

yorkperry dijo...

Jo: Así es, por más de un matiz, lo vale.

Cel: gracias! =D

jotch dijo...

me temo que volvió usted a exagerar, york.

la película no puede de mediana (y eso sin contar el lamentable y gastadísimo "ensayo" en torno a la guerra que hacen los personajes al final --chafa, chafa, chafa)...

en verdad creí que lograría sorprenderme: muy por el contrario.

tenga un abrazo, joven hiperbólico (sabe que lo quiero).

yorkperry dijo...

chin, ya le digo, como que voy perdiendo poco a poco mi reputación cinéfila con usté XD

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