EL PRESENTE POST FUE ESCRITO AYER JUEVES DESDE UN MODESTO PROCESADOR DE TEXTOS. EN UN MOMENTO DE OCIO Y TOTAL AISLAMIENTO DEL EXTERIOR,
Hoy me siento un empleado absolutamente frustrado. El motivo de la desdicha es simple. No se trata de la situación actual del país. Ni de que secuestraran al entrenador de aquel equipo de fútbol (de quien han armado tal revuelo en los medios como si hubieran raptado a El Papa). Ni tampoco es que la distancia separe a las ciudades y las ciudades destruyan las costumbres (sí, sí, esa es de José Alfredo ).
Lo que me tiene tan frustrado es que ya van dos días, sí señores DOS, en que no hay internet en la oficina. Y eso es muy injusto en pleno siglo XXI. O al menos no me motiva.
No existe nada como el mensajito instantaneo amigable, o la breve dosis de información virtual, entre cada sorbo de café o cada documento despachado. Un privilegio que nos han arrebatado de forma cruel, despiadada y negligente.
No culpo al administrador de Red de la oficina. Porque ni siquiera existe uno. Es más, para que usted amable lector se haga una idea, el servidor web está ubicado en la cocineta a un lado del frigobar, y es utilizado ocasionalmente como mesita de refrigerio.
Así que mi ira, rencor y frustración serán dirigidas a otros dos infames culpables que merecen arder en las brasas del infierno: Prodigy Infinitum y Memín Pinguin.
Esos málditos bastardos...
Gracias.
Rituales del fin
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Los atardeceres son la prueba de que existen los finales felices.
Lo que tenía que suceder, pasó
Estar consciente que solo somos una vez en la vida.
...
Hace 5 días.
1 comentario:
memin pingwin es inocente hasta se viste como pepe el toro
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