Ernesto “Che” Guevara es un personaje, que a pesar de llevar mucho tiempo tres metros bajo tierra, sigue estando muy presente en las conciencias colectivas de nuestra generación, al igual que en los estampados de reconocida marca de ropa y hasta en la portada del nuevo disco de Madonna…
Entonces, el rostro del buen “Che”, con todo lo que se supone que representa, ¿Se ha desvirtuado en la actualidad?
Probablemente no, tal vez esa perdida de identidad ya tuvo lugar hace décadas, cuando las masas se adueñaron de la historia de Ernesto Guevara y la convirtieron en lo que todos creemos que es.
El motivo de ello es que solamente conocemos al “Che” como un personaje revolucionario, sin detenernos a observar, las experiencias previas en su vida que lo llevaron a donde está ahora. En otras palabras, pocos conocen en realidad el periodo más trascendental de su vida, aquel que lo definió como persona. Afortunadamente, Diarios de Motocicleta, la nueva cinta del director Walter Salles (Estación Central, 1998), se encarga de rescatarlo.
Entonces, el rostro del buen “Che”, con todo lo que se supone que representa, ¿Se ha desvirtuado en la actualidad?
Probablemente no, tal vez esa perdida de identidad ya tuvo lugar hace décadas, cuando las masas se adueñaron de la historia de Ernesto Guevara y la convirtieron en lo que todos creemos que es.
El motivo de ello es que solamente conocemos al “Che” como un personaje revolucionario, sin detenernos a observar, las experiencias previas en su vida que lo llevaron a donde está ahora. En otras palabras, pocos conocen en realidad el periodo más trascendental de su vida, aquel que lo definió como persona. Afortunadamente, Diarios de Motocicleta, la nueva cinta del director Walter Salles (Estación Central, 1998), se encarga de rescatarlo.
La película está basada en los diarios escritos por el propio “Che”, encontrados por casualidad poco después de su muerte, en donde describe los viajes que realizó al lado de su amigo Alberto Granado, a bordo de una vieja motocicleta Norton 500, por Latinoamérica en el año 1952. Ambos con 23 años de edad y el espíritu de aventura hasta el tope, al igual que las hormonas.
"La película trata de las elecciones emocionales y políticas que hacemos en la vida", explica el director Walter Salles; "también trata sobre la amistad, la solidaridad, y sobre cómo encontrar nuestro propio sitio en el mundo".
Esa es, justamente, la virtud de este filme: Muestra una faceta más humana, desenfadada y poco conocida de la vida del Che Guevara, es un acercamiento más intimo a la persona real, libre de envestiduras y carente de solemnidad.
El Che después de todo, antes que un símbolo, era simplemente humano.
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