miércoles, enero 30, 2008

Regalar mis arvejas

Hoy fue un día excepcional, cargado de poesía y café.
Hay días tan cálidos y profundos que en verdad no deseas que terminen, de hecho me había prometido esperar hasta la media noche para decirle adiós. Pero luego me di cuenta de que esto no va así.

Lo correcto es estar donde perteneces, lo justo es dar un beso de buenas noches, lo necesario es ir a la cama y que nos alcance el mañana. Me preguntaba qué demonios poner en el blog luego de un poema tan hermoso e insuperable como el de Borges. Pero luego me di cuenta de que esto no va así.

Lo importante de todo, la lección, es que ok, el ahora puede ser inconcebiblemente bueno, pero también, que lo mejor está por venir.

Creo que era Oscar Wilde quien decía que amarse a si mismo era el comienzo de una aventura que dura toda la vida. Me parece que tiene razón... Y qué mejor que hacerlo acompañado.

Que el fin del mundo me pille bailando...

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1 comentario:

Sue dijo...

Maravilloso, celebro el estado y no puedo evitar pensar ¿quién diablos es ella? aunque, tengo mis sospechas, jejeje.

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