Después de sobrevivir al Shock Anafiláctico vino una consecuencia agradable de mi cuarentena de 24 horas. Iv vendría a casa a ver películas! La noticia la transmití con la mayor naturalidad posible a mi madre, quien no pudo evitar ponerse histérica, limpiando la casa compulsivamente a media noche.
Yo estaba nervioso y feliz, prácticamente nunca invito personas ajenas a la familia a casa, menos si no se trata de una situación especial como un cumpleaños o algo así, puedo contar con los dedos de ambas manos las amistades que han ido ahí y me sobran varios.
Pues estuve malito, pero el cuarto estaba presentable, arregladito y lindo, así que no tuve que hacer muchos cambios. El día D (o día “i“ como yo le llamo de cariño) llegó. Entre las sombras de un puente esperé su llegada mientras veía una ambulancia atropellar a un tipo y luego llevárselo en la propia ambulancia… aprovechando el viaje supongo.
Iv llegó, fuimos a casa… pudiendo ir por la ruta suicida ella eligió el puente peatonal, que civilizada lo sé =-), Odie nuestro perro la recibió bien, al principio al menos, luego la recibió como a todos los demás visitantes extraños, ladrándoles como si fuera a saltar y morderles la yugular. Afortunadamente no sucedió y luego de un ratito ya hasta le lamía las manos.
Comimos Spaghetti preparado por mi, al 75-80% al menos, le gustó mucho, jugué con picarla con un tenedor, mamá se dio cuenta, hubo una mini tentativa de platica bochornosa, ustedes saben de esas donde mamá te evidencia y apena con tus antecedentes supuestamente enterrados en los expedientes secretos de “La Familia”.
Pero de ahí no pasó a mayores y nos pusimos a ver películas. Las seleccionadas para esta ocasión entre episodios de amnesias y recuerdos de último minuto de “ah… ya la vi!”. Total que terminamos viendo dos geniales cintas: Death to Smoochy y Dancer in the Dark.
Smoochy! El amigo Nazi de los niños...
Death to Smoochy, con Edward Norton, Robin Williams y Danny de Vito, tiene un reparto espectacular, sin embargo es una de esas pequeñas bellezas que por algún extraño motivo jamás llegaron las carteleras de nuestro país, vamos, ni siquiera a DVD Región 4. Siendo una comedia harto negra y retorcida, respondiendo a una pregunta hipotética común y hasta placentera: Qué pasaría si alguien por fin le metiera una bala en la cabeza a Barney el Dinosaurio? (Emulado aquí a través de la figura de Smoochy el Rino, interpretado por Edward Norton).
La película la había visto ya hace tiempo. Y me había gustado mucho, pero esta vez adquirió un matiz especial, más calido, y es que el personaje de Edward Norton es un hippie vegetariano muy inocente, Ivette se identificó mucho con él (por qué será? =-p), es más, si existiera en el mundo real creo que sería fan de Smoochy!
Ivy está justo detrás intentando abrazarlo
La segunda… Dancer in the Dark, fue una elección rara (como ella), ya que contrastaba canijo comparado con la comedia negra que acabábamos de ver. Esta película era un musical, de Lars Von Trier y protagonizada ni más ni menos que por Björk, musa, ídolo y non plus ultra de Iv.
Yo nunca había visto la película, cuando se estrenó yo estaba traumado con Gladiador, Belleza Americana y Mistery Men (chale ya sé), vamos, ni siquiera hacía a Ivette en este mundo. Así que creo que es una muestra más de que todo sucede a su debido tiempo.
El poster es genial
Que rayos le pasa a Von Trier? Creo que es un cineasta cruel… el mundo que dibuja en sus películas es tan desalmado y triste. No puedes evitar llorar al ver el destino de sus héroes-mártires. Es realmente jodido, agobiante, ver que la única persona en la película que es recta, noble y fiel a sus valores termine irremediablemente jodido hasta el límite. Mientras que todo el resto de bastardos siguen felices en su mundo de papel mostrando la cara e hipocresía que más les convenga para seguir encerrados en su burbuja.
Dancer in the Dark me tocó fibras sensibles. A excepción de I´ve Seen It All, que considero una maravilla que hay que oír para creer, las demás canciones me parecieron excelentemente cantadas y producidas, pero con unas letras algo sosas (Autoría de Von Trier, la voz y la producción las puso Björk, y se nota…). Sin embargo, también otra canción que merece una ovación de pie (y no exagero) por el significado y fuerza dramática que encierra es “La Penúltima Canción”. Quienes vieron la película entienden de qué va el asunto.
Björk, que mujer tan enigmática...
No, no es la de Ringu o El Aro.
En fin, fue un día memorable, feliz. Genial. De esos días especiales que se quedan grabados en tu historias.
Gracias Ivy…
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