Leyendo a un
Jotch, me encontré con su lista de 10 películas... y me tuvo pensando un rato, creo que esta es mi lista. Igual que él advierte, esto corresponde a mí humor, afecto y sensación por el cine, al día de hoy.
Sin un orden específico, sólo como se me van ocurriendo, estas son mis diez favoritas... Las que me acompañan siempre, las que definieron mi historia:
Lost In Translation (2003), de Sofia Coppola.Porque es como un sueño vuelto cine. Una trama tan sutil y hermosa, que si no estás en esa sintonía, es imposible que la percibas o siquiera entiendas. El perfecto ejemplo de la película irrepetible. Con su final que me mata, con sus regaderas para enanos, con su
More than this, con sus manos en forma de corazón...
1900: La Leggenda del Pianista Sull'Oceano (1999), de Giuseppe Tornatore.Un bebé es abandonado en un transatlántico, el primer año del primer mes del nuevo siglo, quien lo adopta no podía más que ponerle por nombre el año de su nacimiento: 1900. Sin Jamás descender del barco inexplicablemente se convierte en el mejor pianista del mundo. Es un cuento infantil para adultos. Una de esas historias que crees imposibles hasta que alguien te la cuenta.
Eternal Sunshine of the Spotless Mind (2004), de Michel GondryDos palabras: Charlie Kaufman.
Un retrato hermoso de algo universal. Metáforas visuales tan desgarradoras como irreales. Esconder a la mujer que amas en tus recuerdos más bochornosos.... ¿Quién se expone y sacrifica a tal grado? ¿por qué le creo? Ideal para ver una noche más solo que solo, a las 3 de la mañana.
Fight Club (1999), de David FincherLa Naranja Mecánica de mi generación.
Una película que tiró a patadas mi concepción sobre ser adulto en estos tiempos. Una cantidad obscena de
one-liners, diálogos en turbo, sangre, sexo por deporte. Travesuras, caos, jabón. El culto a Chuck Palahniuk, un monumento a Edward Norton.
Annie Hall (1977), de Woody Allen.Un guión casi perfecto, una película infinita, puedo verla 50 veces (creo que más o menos esas son las ocasiones que la he visto) y siempre le encuentro algo nuevo.
La piedra angular de las comedias románticas. Un guión encabronadamente inteligente. Un final hermoso en cualquier nivel de lectura. Una protagonista mítica, un personaje increíble.
Mi primera mujer imposible.
Scent of a Woman (1992), de Martin Brest.Sí sí sí, la original es italiana. Pero Pacino es
PACINO. Esta película está aquí porque tiene algunos de los diálogos que me han ayudado por años a mantenerme cuando no encuentro más porqué's.
Eso... es invaluable.
Jerry Maguire (1996), de Cameron Crowe.Es una fábula para adultos, y quien me diga que ninguno de los personajes es un animal, pues no la vio con atención. Jerry hace una salvajada tras otra! Y eso es parte del encanto. Tenemos a un personaje que durante casi toda la película no tiene una certeza absoluta, sólo sigue lo que siente y cree, se mantiene firme a sus principios. Se tira al vacío y lo pierde todo. Quemó las naves para no borrarse a si mismo.
A eso hay que sumarle un soundtrack soberbio, un guión con una estructura y ritmo que rayan en lo melódico, más una sobredosis de cultura pop. Jerry Maguire es
La Película. Tiene el Kwan.
High Fidelity (2000), de Stephen Frears.Porque amo la novela de Hornby, porque escuchaba música pop porque era miserable o era miserable porque escuchaba música pop, porque el soundtrack tiene a Bob Dylan, por Peter
"Fucking" Frampton, por Bruce Springsteen y
The Beta Band, porque soy Rob Gordon.
The Royal Tenenbaums (2001), de Wes Anderson.Es excepcional. Jodidamente excepcional. Puedes verla en un determinado momento de tu vida y no te va a significar nada. Después, sucede que creces y te cambian el lente. La escena del suicidio al ritmo de
Needle in the Hay. La frivolidad fingida de documental que choca con escenas surreales, montadas con un ojo casi clínico. Un guión escrito con las visceras.
Punch-Drunk Love (2002), de Paul Thomas Anderson.Esta película no la ves, a esta película la sientes. Es como esos sonidos que escuchas cuando pones tu oido en un caracol de mar. Lo único que puedes hacer es exponerte a ella, y encontrar si su sonido armoniza con tu alma.
Hidden trackGarden State (2004), de Zach Braff.Una historia donde no sabes qué sucederá al siguiente minuto, un romance entrañable, escenas que rayan en lo onírico, tanta emotividad en cada fotograma, una cinta de "aquí no pasa nada" cuando en realidad te cambia todo.
Este es el tipo de película que hubiera querido escribir y siento que alguien me la ganó. La amo tanto como la odio, por eso no la incluí en la lista, pero no podía cerrar esto sin mencionarla.
