miércoles, agosto 16, 2006

Saldo

La vida me va.
Lunes. Ya es día de paga. No tengo efectivo. Lo necesito para pagar mi comida. Voy al cajero, retiro $100 pesos, el dulce aroma de un billete recien hecho. Imprimo el comprobante de mi saldo, tengo la manía de doblarlo y hacerlo pedacitos, tal vez por catarsis, tal vez para destruir algo, pero no tiro basura en la calle, los papelitos los guardo en la bolsa de mi camisa.

Como.

Estoy algo ensimismado (Hace un año, hace un año). Nervioso. Perdido. Una sombra. Lo que valgo.

Se hace tarde. Ni siquiera recuerdo qué acabo de comer. Es la hora de pagar. Meto la mano en el bolsillo, le doy el billete a la mesera. Ella me mira extraña, quieta, como si dudara en abrir los labios...

-"No me puede pagar con esto joven..."
Miro la pequeña charola y está ahí: El comprobante del cajero. Blanco. Burlón. Inmaculado. Completo.
Reacciono. Meto la mano en la bolsa de mi camisa. Saco el billete, en pedazos...

Pero en el fondo supe que no era sólo dinero lo que había perdido en ese momento.
No.
Fue mucho atrás...

Photobucket - Video and Image Hosting

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Madres!!

Oiga, comprendo el drama que hay de trasfondo en este post, pero con temor a verme un poco frívolo.. cómo salió de eso?!

Anónimo dijo...

¿Me regalas los pedacitos del billete de recuerdo? =P Digo, para que Azrael no se sienta frívolo con su comentario.
Seguimos en lo mismo, la vida se jode tanto que uno piensa: esto sería muy cómido, si le pasara a otro. Ojalá pronto termine la racha de comicidad. Abrazos.

Anónimo dijo...

jejejejjeje eso no puede ser cierto!!!, X'DDDDDDDDDD

Plugin relativo para WordPress, Blogger...