martes, mayo 27, 2008

Sobre las estúpidas intermitencias de todo ese jazz que amenaza con no ser pasajero.

Por eso los españoles se cagan en Dios, a veces no queda de otra ni nadie más a quién dispararle. ¿Poner el cañón en la sien? Gracias no, ya tengo suficiente con un par de labios. Y si no podemos borrar los días, al menos podemos borrar la correspondencia.

Gracias no, las puertas están abiertas.


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5 comentarios:

Celestina Tercioipelo dijo...

El jazz es un género más que nada amistoso, nunca amenazante (por lo menos no para esta escucha). Sin embargo, siempre se corre el riesgo de la sobrevaloración.

yorkperry dijo...

Hola Celestina! En efecto, exacto! lo mismo pienso.

Neto Citadino dijo...

El Jazz es bueno, para mi, en ciertas dosis o más bien según el humor que traiga. Así me pasa con toda la música

yorkperry dijo...

Mi problema neto, es que amo el jazz

Neto Citadino dijo...

No es para menos, siempre he dicho que la música es magnífica según el sentimiento que te crea.
La músca no es mala o buena, solo es cuestión de sentimientos y, porqué no, gustos.

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