miércoles, abril 29, 2009

Citadinos de pueblo

Fui robado a un lugar con olor a dulce en las calles y una virgen en cada esquina. Borges era un turista que perseguía la historia de los revolucionarios mientras el calor de colores confundía el azul norte a cada trago de nuestro tequila.

El tiempo, los rituales, el cambio imposible y la realidad en la cara fueron testigos del milagro de un segundo round en un encuentro que ellos, los extraviados, dieron por perdido. Yo miraba su sombra de dama cuando tomó la forma de un gato, sonreímos ebrios y felices, ajenos de cualquier resfriado, mientras José Alfredo nos seguía dictando el futuro conteo.

Con el pañuelo en la mano.

-yorkperry
28 abr 09


4 comentarios:

Jo dijo...

sabes porque vengo a refugiarme aqui? ... porque no hay pandemias e influenzas que estén luchando... o que aqui siquiera me golpeen...

al menos por un rato

yorkperry dijo...

ups, no leas las notas de más abajo =-P

un abrazo (sin contacto)

Celestina Tercioipelo dijo...

Las vírgenes esquineras, José Alfredo y los extraviados son mi hit. Mención honorífica a la imposibilidad de cambio. Yo sí me ando echando otro tequilita.

Qué lindo estuvo, gambler.

:)

yorkperry dijo...

mítico...

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