Había una vez...
Un músico que con sus melodías alcanzó fama internacional. Armado solamente con su pesima voz, una armonica y su guitarra de cajón. Sus letras, hablaban de esperanza, fe y paz. Protestaba contra la tiranía del poderoso y apelaba por la armonía del universo. Una de sus rolas incluso, hasta la fecha es cantada todos los domingos en la iglesia (Saber que vendrá / saber que estará / partiendo a los pobres su pan...), todo mundo lo admiraba y respetaba, hasta que... algo sucedió, decidió conectar la guitarra electrica y nada en la historia de la música volvió a ser igual.
El tipo que antes hablaba de lo bello y bonito, ahora hablaba de melancolía, traición y abandono, de mujeres promiscuas, vagabundos y junkies. Sin perder el toque intelectual y poetico. Sin embargo, muchos lo consideraron un traidor... a él le importó un carajo y decidió hacer una gira mundial.
En 1966 visitó Inglaterra. Inventó una nueva forma de dar conciertos, un evento dividido en dos partes, la primera 100% acustica, la segunda 1000% electrica. Casi dos horas de concierto, una barbaridad inconcebible, ya que en ese entonces 30 minutos era la duración standard de una presentación.
El Free Trade Hall fue el escenario real del suceso, pero pasaría a la historia erroneamente como el Royal Albert Hall. La primera mitad del concierto pasó sin conflictos, era el viejo trovador de siempre con un ligero toque de atrevimiento. La segunda mitad... cuando enchufó los instrumentos, fue donde todo reventó.
Entre rechiflas, abucheos, mentadas de madre y gente que simplemente se iba del lugar. Él siguió tocando su música, sin importarle nada. Al terminar de cantar Ballad of a thin man. Alguien entre el público le gritó con todas sus fuerzas:
- Judas !!!!!!!!!!!
El público rompió en aplausos y risas, en señal de apoyo a quien acusaba al joven músico de ser un traidor. Como respuesta, tocó unos acordes en la guitarra electrica y contestó:
- I Don´t Believe you.... You are a liar...
Volteó a mirar a su banda y les ordenó, les exigió:
- Play Fucking Loud !!!!!!!!!
And they played FUCKING loud.
El resultado: La versión más rabiosa, ruidosa y encabronada jamás grabada de Like A Rolling Stone.
El músico: Bob Dylan.
La historia se encargaría de darle la razón.
Cometí la barbaridad de comprar el disco de ese concierto. Remasterizado y digitalizado, tenía rato anhelandolo pero me parecía demasiado caro, y hasta la fecha me sigue pareciendolo, pero lo vi y simplemente me dije "¿Por qué no?" y desembolsé. Y ahora, después de haberlo escuchado por segunda ocasión, no me arrepiento.
Es un concierto increible, un momento memorable en la historia del rock que puedes revivir una y otra vez, aun cuando ni siquiera hayas nacido en el momento en que sucedió ese evento. Like a Rolling Stone jamás ha sonado tan bien...
HOY APRENDÍ QUE: No soy el único que considera genial que Cats se presenté en la ciudad.
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