Cuando me sucedió el accidente hubo un lapso de un par de horas en el que estuve solo en la sala de urgencias. Tuve que arreglarmelas por mi cuenta. Mis padres fueron ilocalizables, mis amigos de aquí no respondían mis mensajes, mis compañeros de oficina se limitaron a sus actividades laborales y la gente que iba y venía por la sala, ajena al dolor punsante que me acuchillaba.
Me sentí tan terriblemente solo.
Y lloré.
Me sentí tan terriblemente solo.
Y lloré.
Como un niño.
Todo es tan frágil...
2 comentarios:
Pobre Bing, me hubiera hablado... mejor no, aqui en el pueblo no hay señal. Chale.
a mi no me hablaste, yo si hubiera ido
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