El muchacho no lo quisiera pero recuerda aquel dicho de la abuela. No hizo nada, jamás lo creyó, tenía unos oídos sordos, sólo sabía responder con los ojos de ella. No cometía embustes con las mismas frases, pero repetía inconciente su nuevo credo, jamás se alejó de su tierra hasta que el suelo se fue corriendo. Hijo mio, ¿Qué quieres que te diga el pobre York? Es una era tan confusa para vivir, venerable idiota...
Lejos de tópicos y Lugares comunes
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He caído en cuenta que para dejar de decepcionarse tanto hay que elegir
bien, hasta la manera en que compartes la soledad o los momentos. Es decir,
se l...
Hace 2 semanas.
1 comentario:
No hagas cosas buenas
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