Por cuestiones de trabajo volví a la UNIVA. Aun así no tenía mucho sin pisar ese sitio. Antes como chofer, luego como usuario adicto de la biblioteca (oh sí, me reencontré con Patty). La cosa es que ahora fui y todo, todo, no sé, estaba raro. Como lleno de ecos.
La misma biblioteca, las mismas bancas, el mismo último piso del edificio 2.
Y una vocecita, lejos, remota.
Fantasmas...
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