Entramos.
La noche era joven and I needed to get away, far far away. D me había contado magia de ese lugar desde hacía meses. Estaba en mi lista de lugares que tenía que visitar. Cuando Stef vino no se pudo. Cuando hubiera querido menos. El destino, quiero creer, fue el que aguardó para que esa noche sólo fuera la reunión entre él y yo, me and my cronie.
Mis expectativas eran avaras. 60 pesos de cover me parecía too much si solo tenía la intención de oir por primera vez una banda que en mi vida había escuchado mentar: La Fachada de Piedra.
I was lost... I was lost...
El derecho a dos bebidas y palomitas rancias de botana aligeraban la espera y el desembolso. Con expectativas, buenos deseos y recetas del know how en tiempos amargos, el tiempo fue avanzando, esperando la hora en que iniciara el rock.
D me iba señalando a los miembros de la banda conforme se acercaban al escenario, para rondarlo, adaptarse, marcar su territorio, no sé. Pero se hacían presentes. Dicen que la primera impresión es la que cuenta, y nunca, nunca, nunca olvidaré estas.
Por el aspecto del guitarrista jurarías que dos calles atrás se trepó al cofre de tu auto para limpiar tu parabrisas. El otro guitarrista te recordaba al Tío Gamboín. Al bajista lo confundiste con un ebrio estándar de Bar y la vocalista parecía una mujer madura de clase media alta, con los restos de una estela en su pasado de fast living. No podías esperar mucho.
Luego, el primer acorde, tu quijada se cae al suelo y tus ojos amenazan con salir de su orbita, igual que tu mente que vuela Dios sabe por qué plano astral, no hay modo de saberlo, el maldito guitarrista te voló la cabeza con un par de rasgueos. D sonreía complacido.
Acabas de ver una transformación indescriptible. Del grupo de clichés de la tercera edad que encuentras todos los días en cualquier estación del tren ligero se convirtieron en unos soberanos rockeros, maestros de sus instrumentos, ella con su voz que evocaba al blues, el carisma sonoro de los buenos crooners y un dejo de Joplin, que da equilibrio a un sonido tan salvaje y emotivo como fríamente ejecutado. En pocas palabras: Eran unas reatas.
Sí, son ellos...
Escuchas Stand by Me y a la mitad de la canción cambian súbitamente a Every breath you take. Tú buscas de donde sostenerte, tanto vértigo en 4 notas no es posible. A la segunda canción llegas a la conclusión de que los has estafado, pagando tan poco en la entrada por una banda tan jodidamente buena.
Es un recorrido trepidante, de la década de los 50´s hasta la agonía del siglo XX. Sleepwalk, Oh pretty woman, Break on trough, Satisfaction, Miserlou… Hay que oir para creer, pero cada canción es mejor que la anterior.
Se les ocurre cantar un clásico para fans de Janis Joplin, Mercedes Benz. Un cover que te llega más que la original… al murmullo de “Oh Lord, won't you buy me a night on the town I'm counting on you, lord please don't let me down prove that you love me and buy the next round” tu piel se eriza.
Miserlou suena mejor que la original también. All I Want to do (is have some fun), de la Crown, era una rola que solo te simpatizaba, a secas, pero luego de oír un cover tan magistral, donde el que jurabas que era lavacoches ahora más que nunca te demuestra que es un maestro con los dedos, aunado al ritmo de un bajista tan bueno que no tiene madre! Cambia radicalmente tu opinión sobre la melodía.
El clímax sin embargo, llega cuando escuchas algo que jamás en toda tu vida refundido en este rancho creíste presenciar. La Fachada de Piedra comienza suave luego de un breve silencio, un rasgo de guitarra familiar, lo has oído antes, en algún lugar, intentas ubicarlo, estás tan aturdido por el viaje en el túnel del tiempo que tardas en encontrarte, pero por fin lo haces.
Junio de 1966, ella empieza a murmurar llena de blues: “Once upon a time you dressed so fine…”, tú, simplemente no puedes concebirlo, la conmoción, el shock hasta los huesos y lo más hondo de lo que te queda de corazón. Están tocando Like a rolling stone… Quedas completamente desarmado.
La Fachada de Piedra te ha conquistado.
3 comentarios:
Sí, estás encantado
El Barba Negra uuuyyyyy me encanta ese lugar, definitivamente es de mis favoritos para salir y claro esta sin La Fachada de Piedra no fuera lo que és, simplemente sublime....
whatta hell?
eres de guadalajara? =-S
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