A Rigo Mora lo conocí en los pasillos de la Universidad antes de ser mi maestro, era común verlo por aquí o por allá, discreto pero presente. Con su caminar chistoso andando por los pasillos o sentando en la cafetería leyendo cómics.
Decían que era amigo de Guillermo del Toro, que juntos habían montado todos los efectos de Cronos y La Hora Marcada, que sólo pensaba en animación y cortometrajes, que por su obsesión no dio el salto para quedar dentro de las grandes ligas, que era un fracasado. Como en pueblo los rumores eran demasiados.
Luego tuvimos su taller de animación...
Decían que era amigo de Guillermo del Toro, que juntos habían montado todos los efectos de Cronos y La Hora Marcada, que sólo pensaba en animación y cortometrajes, que por su obsesión no dio el salto para quedar dentro de las grandes ligas, que era un fracasado. Como en pueblo los rumores eran demasiados.
Luego tuvimos su taller de animación...
Recuerdo que habíamos escrito un guión fastuoso, para animar con recortes de papel, un billete de dolar enorme, un geek, un árabe y una pirámide pintada sobre ajonjolís. Era demasiado pretencioso. BIG FUCKING TIME, y saben qué? Él nunca nos lo dijo, al contrario, nos incitó a atrevernos... eso... atrevernos....
Sus clases eran estar recortando, dibujando y montando esqueletos de alambre mientras cantábamos a coro rolas de Joaquín Sabina.
Él siempre cantaba "nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al correo", nunca nos atrevimos a corregirlo...
Guardaba en su cartera una fotografía de su mujer, en una imagen un poco festiva, un poco de cabaret, no perdía la oportunidad para mostrárnosla orgulloso, con una sonrisa de auténtico amor... En otras palabras Rigo rockeaba y con todo.
Una vez Sue y yo nos lo encontramos en la cafetería leyendo el nuevo de Hell-Boy, acababa de salir la película dirigida por Del Toro, le preguntamos sus comentarios, y tan feliz como desenfadado señaló todos los tropezones del gordo.
Vivía limitado, siempre enseñando, siempre en proyectos.
Cuando leía el periódico me encontraba ocasionalmente con noticias suyas, que ahora era consejero del CECA, que entre él y Vaidovits (mi otro mentor) lograron abrir un huequito para que el cine jalisciense sea posible, que había obtenido una premio del Fonca, que recibía un homenaje en la muestra internacional de cine, que iba a dirigir una serie de cortos animados por el bicentenario de 2010. En cada noticia siempre me prometía escribirle un mail para felicitarlo. Nunca lo hice.
La última vez que lo vi fue por plaza del sol subiendo a un camión, yo iba tarde para algo, como siempre, y ni siquiera me detuve a saludarlo de lejos.
Rigo Mora murió el miércoles 6 de mayo...
Cuando Sue me llamó para contarme, yo no tenía ni idea, estaba con una productora de radio que también resultó ser su alumna, ella me dijo que el funeral había sido el día anterior...
Ni siquiera tuve oportunidad de ir a saludarlo ahí. Al menos por última vez.
¿Qué nos deja Rigo?
Momentos entrañables, música, pasión por lo que haces, un ejemplo de entrega absoluta, puertas que antes no estaban abiertas, un batallón de pupilos con sus mismos sueños, un legado que no puede pasar desapercibido y esa lección de vida de permitirnos atrevernos sin temer al resultado.
Alguna vez me dijeron que si no me atrevía a tomar las riendas de mi vida y explotar todo mi potencial terminaría como Rigo.
Ojalá y tenga esa fortuna...
Sus clases eran estar recortando, dibujando y montando esqueletos de alambre mientras cantábamos a coro rolas de Joaquín Sabina.
Él siempre cantaba "nadie se ha muerto por ir sin dormir una vez al correo", nunca nos atrevimos a corregirlo...
Guardaba en su cartera una fotografía de su mujer, en una imagen un poco festiva, un poco de cabaret, no perdía la oportunidad para mostrárnosla orgulloso, con una sonrisa de auténtico amor... En otras palabras Rigo rockeaba y con todo.
Una vez Sue y yo nos lo encontramos en la cafetería leyendo el nuevo de Hell-Boy, acababa de salir la película dirigida por Del Toro, le preguntamos sus comentarios, y tan feliz como desenfadado señaló todos los tropezones del gordo.
Vivía limitado, siempre enseñando, siempre en proyectos.
Cuando leía el periódico me encontraba ocasionalmente con noticias suyas, que ahora era consejero del CECA, que entre él y Vaidovits (mi otro mentor) lograron abrir un huequito para que el cine jalisciense sea posible, que había obtenido una premio del Fonca, que recibía un homenaje en la muestra internacional de cine, que iba a dirigir una serie de cortos animados por el bicentenario de 2010. En cada noticia siempre me prometía escribirle un mail para felicitarlo. Nunca lo hice.
La última vez que lo vi fue por plaza del sol subiendo a un camión, yo iba tarde para algo, como siempre, y ni siquiera me detuve a saludarlo de lejos.
Rigo Mora murió el miércoles 6 de mayo...
Cuando Sue me llamó para contarme, yo no tenía ni idea, estaba con una productora de radio que también resultó ser su alumna, ella me dijo que el funeral había sido el día anterior...
Ni siquiera tuve oportunidad de ir a saludarlo ahí. Al menos por última vez.
¿Qué nos deja Rigo?
Momentos entrañables, música, pasión por lo que haces, un ejemplo de entrega absoluta, puertas que antes no estaban abiertas, un batallón de pupilos con sus mismos sueños, un legado que no puede pasar desapercibido y esa lección de vida de permitirnos atrevernos sin temer al resultado.
Alguna vez me dijeron que si no me atrevía a tomar las riendas de mi vida y explotar todo mi potencial terminaría como Rigo.
Ojalá y tenga esa fortuna...
1 comentario:
¡Esa estúpida fecha! Parece que no soy la única con estas experiencias...
Lo siento mucho; la verdad no sé que decir en estas situaciones, tampoco te pienso poner un discurso hueco.
Si gusta usté desahogarse, sabe que puede hacerlo conmigo, de verdad!
Un fuerte abrazo de oso!
K
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